24 de Marzo de 2013
Mauricio Macri y Nelly Arrieta de Blaquier.
Fue designada Embajadora Cultural del Gobierno de la Ciudad el 18.12.2009
El Ministro de Cultura porteño, Hernán Lombardi, presidió el acto.
María Julia Alsogaray, Diputada UCD (1985-1989),
Interventora de ENTEL (1989), Secretaria de Medio Ambiente de la Nación (1989-1997)
El siguiente es un conjunto de reflexiones que me interesa compartir. Es un intento de aportar a la construcción de pensamiento crítico y también de crítica institucional en el mundo de las artes visuales en Argentina, algo que muchas veces se proclama pero que no tantas se habita y se tolera.
Ayer, sábado 6 de Abril de 2013, asistimos junto a Azul Blaseotto, como artistas visuales a cargo del espacio cultural La Dársena_Plataforma de Pensamiento e Interacción Artística, al encuentro convocado por el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti y el Fondo Nacional de las Artes, una invitación a escuchar las presentaciones de tres funcionarios ligados a las políticas públicas en artes visuales y un debate posterior.
La presencia de los funcionarios fue planteada como una necesidad en los encuentros anteriores, ya que para la mayoría de los artistas gestores curadores de espacios por fuera de la estructura pública, la posibilidad de establecer un intercambio con los responsables de buena parte nuestras condiciones de trabajo, producción, circulación, formación, preservación del patrimonio y capital simbólico, es fundamental.
Especialmente en el III Encuentro y al calor de los sucesos ocurridos en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, del modo de gestión que lleva a cabo allí desde 1997 su directora Laura Buccellato, uno de los ejes centrales que se deseaba compartir con funcionarios públicos eran las actuales condiciones de trabajo de los artistas visuales en el marco de lo que se da en llamar "industrias culturales". La pregunta importante para la Plataforma La Dársena que había quedado flotando es: ¿qué están haciendo hoy en el marco del proceso político que desde 2003 es generador de mayor inclusión social, de recuperación de la dimensión de lo público, de batalla cultural, los responsables estatales de las artes visuales?
La dinámica elegida para el encuentro fue la de un tradicional panel y público. Primero hablaron los funcionarios y luego se pudieron hacer preguntas, expresar opiniones. Buenas intenciones, horizontalidad cero. La capacidad para enfrentar "el miedo al cambio" y la invocación a la "innovación" propuestas por la Subsecretaria de Patrimonio Cultural del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Prof. María Victoria Alcaraz; la festejada simpatía y capacidad para bromear del Director de Artes Visuales de la Secretaría de Cultura de la Nación, Arq. Andrés Duprat, y el locuaz protagonismo del a la vez anfitrión e invitado Andrés Labaké, artista visual integrante del Directorio del FNA y Coordinador de Artes Visuales del Conti, no fueron suficientes para que ellos tomaran la iniciativa de establecer otras condiciones de diálogo. No estábamos aquí frente a una mera exposición o ponencia, lo que sujeta la organización espacial a un formato más tradicional, sino que era el diálogo y el intercambio lo que se deseaba.
Haré referencia no tanto a los "logros" presentados por los funcionarios, sino a los aspectos más complejos y a aquéllos que desde nuestra perspectiva se vuelven interesantes para pensar en un mejoramiento de las condiciones de producción y trabajo de los artistas visuales y de una mayor interacción entre los artistas y la comunidad, en el fortalecimiento de una mirada propia, nacional, latinoamericana y popular.
Tanto Duprat como Alcaraz ocuparon buena parte de su tiempo para hacer un relato de su historial personal, de su carrera en distintos espacios de gestión. Se señaló la importancia del "desde dónde" se habla. Me interesaron los siguientes señalamientos que ellos realizaron: labor iniciada en el caso de Duprat en 1991 como Director del Museo de Bellas Artes de Bahía Blanca, cargo en el que permaneció hasta 2002. Hizo hincapié en "su llegada al Intendente" y la creación del Museo de Arte Contemporáneo durante su gestión. Haciendo uso de su festejada simpatía e intentando dar pistas de su mirada sobre lo que es arte contemporáneo, estableció una diferencia entre un público de "viejas vestidas con pieles" y los "jóvenes". Luego, aclarando enfáticamente que lo hacía como "opinión personal" (como si la persona que es no fuera el funcionario que también es) dijo que luego de aceptar en 2002 la Dirección de Cultura de la Fundación Telefónica, descubrió lo "brutos que eran los empresarios". Volvió a remarcar su llegada directa con el jefe, Villalonga. Finalmente, desde 2005 ocupa su actual cargo en Cultura de Nación. Enfatizó su actual poco interés por los museos y espacios elitistas del arte, lo que aparentemente dio origen a su iniciativa "In situ", conjunto de intervenciones artísticas en el espacio público, cuya primera versión ocurrió en Bariloche, buscando lo que para Duprat sería central del arte contemporáneo: provocar debate, incomodar. Dijo también que la Secretaría no trabaja con galerías privadas, pero que sin embargo,"para ayudar a los artistas a que vendan más", se destina una oficina en la feria ArteBA para que se puedan hacer "in situ" los trámites para la salida de obras de arte del país.
De la presentación de la subsecretaria Alcaraz, representante del gobierno de Mauricio Macri, despertó mi interés su aclaración inicial de que es parte de la administración pública "desde los años 80" y que solamente desde 1999 ocupa "cargos de los que se llaman políticos". Hizo referencia a un triángulo de actores compuesto por artistas, público y gestores, a la necesidad de generar "espacios de encuentro" entre estos actores y a la presencia de "un contexto preexistente", del cuál según ella "no se habla" y que consiste en tradiciones, valoraciones, significaciones, públicos, normativas. Hizo especial hincapié en la existencia de "herramientas obsoletas" precisamente para referirse a normativas, reglamentaciones, y "modelos obsoletos de gestión". Se refirió a trabajar "en contra de esa cosa clasista de las Bellas Artes", a la importancia de "ver los cambios no como amenaza", la construcción colectiva y la innovación y dejó picando finalmente unas preguntas respecto a los desafíos a enfrentar: ¿debe o no haber una vinculación entre lo público y el mercado del arte? ¿cómo dialogar con las nuevas formas de producción artísticas, con las nuevas tecnologías? ¿qué nuevos modos de gestión pueden desarrollarse?
Andrés Labaké, en su doble rol de anfitrión e invitado, señaló la importancia que para él tiene la figura del artista devenido gestor. Dar prioridad a esta reflexión por sobre su historial personal me pareció importante sobre todo por las consecuencias que tiene a la hora de pensar las condiciones del artista como trabajador. Luego sí, dijo que desde 2005 está trabajando en el FNA, primero junto a Tulio de Sagástizabal y luego de la renuncia de éste último, junto a Fernando Farina. Hizo un reseña de la historia y formas de funcionamiento del Fondo Nacional de las Artes, señalando también las dificultades de manejarse con reglamentos de 1958. Remarcó la decisión, desde 2005, de que el Directorio esté conformado por artistas que estén produciendo y que la mayoría no sea de Buenos Aires. En este sentido remarcó su interés por la "federalización e interinstitucionalización" de su gestión, con "políticas específicas para cada provincia, región y con cruces interzonales". También remarcó la importancia de la creación de las becas grupales y de su interés por los proyectos colectivos de gestión a cargo de artistas visuales, por su potencialidad para incidir en la demarcación de una nueva escena.
Para finalizar: al momento de mi intervención, me resultó muy llamativo como Duprat y Alcaraz reaccionaron cuando dije que en el encuentro había tres funcionarios que venían de la década del 90 (incluí a Fernando Farina que estaba entre el público) y uno solo que había comenzado a gestionar luego del 2001. Mi comentario tenía justamente que ver con la importancia del "desde dónde" se habla y ambos -objetivamente- son parte de cargos de gestión pública durante ese período. Casi sin dejarme terminar la frase, Duprat reaccionó y me preguntó qué edad tenía. Habló nuevamente de su creación del museo de arte contemporáneo de Bahía Blanca. Cuando le recordé qué el mismo había traído a la mesa su antecedente de trabajo en la Fundación Telefónica, pretendió demostrar que eso no implicaba una pertenencia al modelo dominante en aquél momento. Alcaraz, un poco más avanzado el debate, me dijo que no iba a permitir que alguien que la ve por primera vez la estigmatice de ese modo, y volvió a repetir que ella ingresó a la administración pública en los 80.
Es verdaderamente llamativo y preocupante que ambos funcionarios públicos pretendan borrar con el codo lo que escribieron con sus manos. Yo les aclaré que me refería a su protagonismo insoslayable durante una década en la que existía una hegemonía política, económica y cultural, el neoliberalismo, ellos prefirieron mostrarse incómodos con mi comentario.
No tan incómodo ni reacio a las relaciones con los "brutos empresarios" se sintió el Arq.Duprat cuando, antes de ser Director del Cultura de la fundación perteneciente a la empresa privada española beneficiada con las privatizaciones menemistas, fue contratado por la misma empresa para realizar la remodelación del edificio que antes pertenecía a ENTEL en el barrio de la Recoleta ( http://universes-in-universe.org/esp/art_destinations/argentina/buenos_aires/art_centers/espacio_fundacion_telefonica )
Tampoco se debía sentir tan incómodo con las "viejas con pieles" ni con los espacios museísticos cuando dirigía el Museo de Arte Contemporáneo de Bahía Blanca, si nos guiamos por la ausencia total de declaraciones públicas de repudio en aquél momento por la presencia de la Amalita Lacroze de Fortabat al frente del Fondo Nacional de las Artes. Si nos guiamos por los "jóvenes" contemporáneos a los que Duprat dió soporte, no podremos negar que se trataba aquéllos que fueron reconocidos y legitimados por la élite social de aquél momento, aquélla que se benefició con el saqueo y liquidación del Estado Nacional. Tampoco podremos negar (está en los catálogos, entrevistas, en sus propias construcciones de discurso de época, no es sus relecturas posteriores) que estas prácticas artísticas contemporáneas hegemónicas durante los noventa, estos "jóvenes" y no tanto, negaban la importancia de la relación entre arte y contexto, entre arte, historia y política. En mi opinión, no se trata solamente de ocupar los espacios públicos ( o crearlos) sino de analizar con qué tipo de construcción de pensamiento y con qué universo simbólico se llenan esos espacios.
María Victoria Alcaraz estuvo a cargo de la División Documentación del Archivo Histórico de la Ciudad entre 1984 y 1996 y del Programa de Cooperación y Capacitación Cultural entre 1996 y 1999
( http://www.ccgsm.gov.ar/areas/cultura/ccgsm/cv.php ). Entre 2007 y 2012 fue Directora del Centro Cultural San Martín. Ella me dijo que no iba a permitir ser "estigmatizada" por la intervención de alguien que no la conoce. Me pregunto: ¿es necesario conocer personalmente a un funcionario para opinar sobre los resultados de su gestión? ¿alguien que tuvo responsabilidades sobre Divisiones y Programas tiene el mismo nivel de incidencia y compromiso político que un empleado de oficina, mantenimiento, etc. (con todo respeto por estos trabajadores)? ¿Si nos guiamos por los recientes sucesos en la Sala Alberdi del San Martín, no le cabe ninguna responsabilidad a la Prof. Alcaraz en el estado actual de las cosas allí?
Creo que las iniciativas y deseos de Andrés Labaké se topan con un conflicto de intereses: su condición de doble funcionario, del FNA y del Conti. Esto genera, desde mi perspectiva, un riesgo enorme, sobre todo por el hecho de ser una de sus áreas de gestión un sitio de memoria, un lugar de alta resonancia simbólica social. El riesgo es no poder desarrollar justamente, algo que Labaké dice interesarle: pensamiento crítico y construcción colectiva. ¿Es deseable que una misma persona tenga la posición de decidir la distribución de recursos económicos junto a su compañero de Directorio y que luego sean esas mismas personas quienes organizan la Beca FNA-Conti y también sean los Jurados del IV Premio del CCMHC? ¿No deberían crearse instancias de mayor participación y gestión colectiva en este especial sitio? Queremos más.
La ocupación de la exESMA es el resultado de esa acción y lucha colectiva y de la decisión política de Néstor Kirchner de hacerla efectiva en 2004 y creo que el hecho de que estos encuentros se estén desarrolando en este espacio nos desafían a tener más y más memoria, a ser más y más comprometidos con la construcción de espacios culturales vinculados a la comunidad y a tener una imaginación política más aguda. Último comentario: no se escuchó en las palabras de Alcaraz y de Duprat ni una sola referencia al sitio en el que estábamos debatiendo. Este "olvido" se vuelve frecuente en los visitantes al lugar. Creo que es responsabilidad del Área hacer que los visitantes se expresen al respecto. Sus palabras tampoco hicieron referencia al nudo que ata al arte con la política, entre cultura e ideología. No existen ni funcionarios ni artistas, ni gestores, ni curadores, sin ideología. Si existen, y lo podemos constatar a diario, aquéllos que ocupan espacios y posiciones que precisan de un acuerdo o legitimación política, pero que pretenden hacernos creer que no, que ellos no tienen nada que ver con eso. Conocemos ya los resultados de la antipolítica y es nuestro compromiso luchar contra esta ideología de la no ideología.
Si entre los artistas y la comunidad, los artistas y los mortales no hay ninguna diferencia, exigimos el respeto a nuestros derechos laborales, sociales, humanos.
Photos: Doc AC / 2013
( http://www.ccgsm.gov.ar/areas/cultura/ccgsm/cv.php ). Entre 2007 y 2012 fue Directora del Centro Cultural San Martín. Ella me dijo que no iba a permitir ser "estigmatizada" por la intervención de alguien que no la conoce. Me pregunto: ¿es necesario conocer personalmente a un funcionario para opinar sobre los resultados de su gestión? ¿alguien que tuvo responsabilidades sobre Divisiones y Programas tiene el mismo nivel de incidencia y compromiso político que un empleado de oficina, mantenimiento, etc. (con todo respeto por estos trabajadores)? ¿Si nos guiamos por los recientes sucesos en la Sala Alberdi del San Martín, no le cabe ninguna responsabilidad a la Prof. Alcaraz en el estado actual de las cosas allí?
Creo que las iniciativas y deseos de Andrés Labaké se topan con un conflicto de intereses: su condición de doble funcionario, del FNA y del Conti. Esto genera, desde mi perspectiva, un riesgo enorme, sobre todo por el hecho de ser una de sus áreas de gestión un sitio de memoria, un lugar de alta resonancia simbólica social. El riesgo es no poder desarrollar justamente, algo que Labaké dice interesarle: pensamiento crítico y construcción colectiva. ¿Es deseable que una misma persona tenga la posición de decidir la distribución de recursos económicos junto a su compañero de Directorio y que luego sean esas mismas personas quienes organizan la Beca FNA-Conti y también sean los Jurados del IV Premio del CCMHC? ¿No deberían crearse instancias de mayor participación y gestión colectiva en este especial sitio? Queremos más.
La ocupación de la exESMA es el resultado de esa acción y lucha colectiva y de la decisión política de Néstor Kirchner de hacerla efectiva en 2004 y creo que el hecho de que estos encuentros se estén desarrolando en este espacio nos desafían a tener más y más memoria, a ser más y más comprometidos con la construcción de espacios culturales vinculados a la comunidad y a tener una imaginación política más aguda. Último comentario: no se escuchó en las palabras de Alcaraz y de Duprat ni una sola referencia al sitio en el que estábamos debatiendo. Este "olvido" se vuelve frecuente en los visitantes al lugar. Creo que es responsabilidad del Área hacer que los visitantes se expresen al respecto. Sus palabras tampoco hicieron referencia al nudo que ata al arte con la política, entre cultura e ideología. No existen ni funcionarios ni artistas, ni gestores, ni curadores, sin ideología. Si existen, y lo podemos constatar a diario, aquéllos que ocupan espacios y posiciones que precisan de un acuerdo o legitimación política, pero que pretenden hacernos creer que no, que ellos no tienen nada que ver con eso. Conocemos ya los resultados de la antipolítica y es nuestro compromiso luchar contra esta ideología de la no ideología.
Si entre los artistas y la comunidad, los artistas y los mortales no hay ninguna diferencia, exigimos el respeto a nuestros derechos laborales, sociales, humanos.
Photos: Doc AC / 2013