Las Agendas Rotas / The Broken Agendas
1. Annuit Coeptis / Dios favorece nuestras empresas es la frase que se lee en el reverso del billete de un dólar norteamericano desde 1935 hasta la actualidad. El neoliberalismo posee en el centro de su discurso las palabras "civilización", "progreso" y "desarrollo". Los organismos internacionales de financiamiento y los bancos que defienden el sistema capitalista global nos hablan de la necesidad de "control de déficit fiscal", "ajuste" y "endeudamiento externo". A las personas que, en cualquier latitud, no comparten este lenguaje ni modo de ver el mundo, se las estigmatiza como bárbaros, vagos o terroristas. Del mismo modo que ocurrió con las comunidades originarias que, a fines del S.XIX, habitaban el actual territorio argentino, intentando su exterminio a través de la denominada "Conquista del Desierto" al mando del genocida general Julio A. Roca, con el objetivo de apropiarse y luego repartir sus ricas tierras entre una élite social que aún perdura en nuestro país.
2. Ex Crepusculum Ut Diluculo / Del anochecer al amanecer es la sentencia que lleva inscripto en su frente uno de los últimos modelos de teléfono celular Blackberry ¿Con qué anotaciones, citas y bocetos nos encontraríamos hoy si pudiéramos leer las agendas con las que el capital organiza sus objetivos? ¿Cuáles de esos mensajes nos permitirían conocer mejor sus planes? Si bien para el diccionario de la Real Academia Española una agenda es "un libro o cuaderno en el que se apunta, para no olvidarlo, aquéllo que se ha de hacer", la herramienta utilizada de modo más frecuente y masivo en la vida contemporánea para efectivizar esa tarea es el teléfono celular. Se concentran en él mensajes, citas, fotos, imágenes, música, libros, mapas, redes y conexiones que permiten al capital mantenernos disponibles para trabajar a toda hora y en cualquier lugar. "El capital no tiene más necesidad de hacerse cargo de un ser humano para poder sustraerle el tiempo objetivo del que la persona dispone. Puede apoderarse de fragmentos separados de su tiempo para recombinarlos en una esfera separada de la que corresponde a la vida individual del trabajador (...) sólo necesita fragmentos aislados de su tiempo, instantes de atención y de operatividad (...) Es una constelación de instantes aislados en el espacio y fraccionados en el tiempo, recombinados por la red, máquina fluida (...) El capital no recluta más personas, sino que compra paquetes de tiempo, separados de su portador ocasional e intercambiable... y el tiempo despersonalizado no tiene derechos, no puede reivindicar nada." (Franco Berardi Bifo, Generación Post-alfa, Patologías e imaginarios en el semiocapitalismo, Tinta Limón, 2007)
3. All Ding sind Gift, allein die Dosis macht, das ein Ding Kein Gift is / Todas las cosas son veneno, y nada es sin veneno, sólo la dosis permite a algo no ser venenoso. Este principio fue desarrollado por el médico, astrólogo y alquimista suizo Paracelso (1493-1541) ¿Es la "civilización" que propone el capitalismo financiero y semiótico global actual la dosis necesaria para exterminar a todos los que no comparten su visión del mundo? ¿Pueden nuestras democracias convertirse en castillos de arena bajo los efectos de esta dosis?
Podemos y estamos rompiendo las agendas del capital. Es preciso hacerlas visibles, intervenirlas y desordenarlas. Desobedecerlas, soltarse de su cronología para crear y habitar nuestro espacio y tiempo, nuestra historia. Bienvenida la vuelta de todos los malones y la búsqueda del Buen Vivir.
Eduardo Molinari / Archivo Caminante, abril de 2013.
Photos: DocAC/2013.