Todo arte es geopolítico.
Esta afirmación, sin embargo, nos puede confundir. No estoy hablando aquí de la clásica ciencia que estudia la influencia de la geografía sobre la política. Tampoco de los juegos de táctica y estrategia devenidos de las dinámicas bélicas entre estados nacionales. Entendemos aquí por geopolítica la aptitud para habitar el incómodo pliegue que pone en contacto los mundos cartografiados (aquéllos que tienen imágenes y palabras) con los "mundos larvarios" (Suely Rolnik dixit, aquéllos que no tienen imágenes ni palabras aún). Los mundos larvarios se encuentran bajo nuestras pieles y es posible orientarse en ellos sólo a través de afectos y perceptos, aquéllos que surgen cuando nuestros cuerpos son agitados por las fuerzas del mundo cartografiado. El malestar provocado por este agite es condición insoslayable para despertar nuestro deseo y así -y solo así- ponernos en acción en busca de nuevos mundos posibles.
La Serie Geoeconomía pone en relación una serie de dibujos de 2005 con unos collages de 2019.
En los dibujos (que fueron parte de la exposición "In absentia", curada por Stephen Wright en el Centre D'art Passerelle de la ciudad francesa de Brest) la tierra y las fuerzas de la naturaleza son el soporte material del lenguaje que fusiona la dialéctica amor-desamor con aquélla que proviene de la fuga del Estado, abandono que da origen a la dialéctica amparo-desamparo. ¿Qué hay en común entre el lenguaje de las pasiones y el de la economía? ¿Qué hacer ante la presencia de la ausencia?
En los collages de 2019, las fotos que documentan el accionar delirante de las máquinas excavadoras buscando dinero enterrado en la Patagonia nos permiten rastrear y detectar otros recorridos que dieron origen a una sangrienta e injusta acumulación de capital en unas pocas manos. Cuatro raíces genocidas mutan hasta convertirse en rayos que iluminan distintos momentos de la historia argentina permitiendo ver con mayor claridad sus continuidades (de pensamientos, de prácticas, de actores). La obra funciona como un cándido intento del artista de aportar pruebas a los jueces y fiscales que pretenden buscar "la ruta del dinero que se robaron" los verdaderos saqueadores de nuestro pueblo.
En la sala de Hache, la serie dialoga con el díptico de Patricio Larrambebere "Futuro para siempre". Es un trabajo refiere a Tecnópolis, la feria de ciencia y tecnología creada durante el Kirchnerismo.
La obra documenta por un lado la consigna de ese período inscripta en el reverso del cartón que se utilizaba para sostener los panchos que el público comía en la feria. La consigna (que da título a la obra) expresa al menos cierta confusión del progresismo respecto del modo de percibir los tiempos por venir. Por otro, vemos los restos abandonados de Samba, personaje emblemático del imaginario infantil decolonizador del canal oficial Paka Paka. Un cuerpo abandonado, ahuecado y mutilado, como evidencias forenses de un crimen cometido por el macrismo triunfante.
En la esquina de la sala de la galería en la nuestras obras conviven, cocinamos una sopa de tiempo.
Serie Geoeconomía (dibujos, 2005 / collages, 2019)
In absentia (2005).
La ruta del dinero (2019).
Fotos: Eduardo Molinari, Nacho Iasparra.
