Las obras de mi autoría que participan de la exhibición República, Libertad y Consumo son el resultado de una labor de selección de diferentes períodos de mi trabajo artístico, siempre interesado por las relaciones entre arte, historia y territorio.
A partir de una metodología que incluye el caminar como práctica estética, la investigación con herramientas artísticas y las colaboraciones transdisciplinarias, mis procesos creativos dan origen, desde 2001, al Archivo Caminante, un archivo visual en progreso enfocado en el análisis crítico de las narrativas visuales hegemónicas de la historia argentina y la historia social y cultural en general. La historia como punto de partida, nunca de llegada.
Para la exposición he trabajado con fotografías de mi autoría, con residuos fotográficos y gráficos resultado de mi recolección en las calles y de mi investigación en archivos y hemerotecas. Este acervo documental es el soporte de mis intervenciones, mis collages. También forman parte de la muestra dibujos sobre papel, visiones surgidas al calor de las itinerancias y los procesos de arte-vida habitados junto a otres.
Me interesa especialmente que las imágenes puedan crear campos de fuerza en tensión, imágenes dialécticas que permitan a los visitantes a la muestra habitar fugazmente los procesos mágicos que mutan lo visible en lo invisible, y viceversa. Que nos ayuden a desestabilizar e interrumpir el régimen de visibilidad dominante. En esta exposición se trata particularmente de un campo en tensión entre una maquinaria que desaparece y otra que aparece.
Una maquinaria que aparenta desaparecer: curiosos residuos plebeyos de la infraestructura material e inmaterial de un "estado de bienestar", de la justicia social y la soberanía política. Desechos humeantes hallados a través de una deriva surrealista en el baldío del pensamiento nacional y popular, y sus límites desbordados y quemados por el pensamiento revolucionario aún desafiante. Visiones y palabras animadas por el legado de las jornadas del 19 y 20 de 2001, por las luchas descolonizadoras y antipatriarcales.
Una maquinaria que aparece: piezas sueltas inconexas de la infraestructura material e inmaterial de las tecnologías del autodenominado "liberalismo" local y su versión contemporánea, el neoliberalismo. Engranajes y tornillos recolectados debajo de monumentales columnas de cemento y esparcidos sobre tiras de asfalto caliente. Circuitos eléctricos y proyectiles, continuidades mecánicas de la herencia genocida, de la "conquista del desierto" y el terrorismo de Estado. Huellas en la tierra dibujadas en la zona de peritaje del crimen ecocida cometido por el capitalismo semiótico, extractivista y financiero.
También hay banderas en la muestra. Fueron realizadas en coautoría con Patricio Larrambebere. Con su levedad, perturban la libertad de movimientos de nuestros cuerpos en la sala y obstaculizan nuestras miradas. No hay banderas buenas ni malas. Es su uso social y cultural el que les otorga sentido y valor. Sin embargo, con su etérea suavidad nos alertan: no hay símbolo emancipador a salvo de la lengua del poder opresor.
Eduardo Molinari / Archivo Caminante, junio de 2019.
(texto de sala de la exposición República, Libertad y Consumo)
Foto: Eduardo Molinari.
